GAUCHITO GIL

Por las distintas rutas de nuestro país solemos encontrar extraños santuarios, ermitas o muestras evidentes de fé. Muy a menudo el pueblo conjuga la entrega a Dios por medio de alguna religión y también la confianza en ese "santo" que ayuda a aliviar las penas, dolores o concretar promesas.
En otra oportunidad investigaremos sobre mitos, aparecidos, supersticiones, porque este es el momento de los "santos" canonizados por la devoción popular.


Cuenta la historia que Antonio Mamerto Gil Núñez nació aproximadamente en 1847 en el Paraje Pay Ubre, Mercedes, provincia de Corrientes.
Hay dos vetas históricas distintas pero el final es similar en ambas.
La primera cuenta que se enamoró de una joven viuda que también era pretendida por el comisario del pueblo. El policía despechado por ese amor no correspondido perseguía a Antonio Gil. Un día tuvieron un enfrentamiento en una pulpería pero Gil le perdonó la vida. Este encuentro no benifició al gauchito que tuvo que huir del pueblo porque sobre él pesaba el delito de atentar contra la autoridad.
La segunda habla que Antonio Gil tuvo que refugiarse en los campos, por problemas políticos en el que poderosos estancieros querían obligarlo a combatir en las luchas de la época entre azules y colorados que sucedían en la provincia de Corrientes. Así es que vivió en la clandestinidad, carneando animales a los más poderosos y compartiéndolos con los que menos tenían.
Un día es sorprendido por una partida que lo llevaría a la ciudad de Goya para enjuiciarlo. Como era usual en esa época, el jefe decide ejecutarlo y después informaría que fue un "intento de fuga".
En esta parte del relato es cuando los testimonios son similares y dan cuenta que a Antonio Gil lo atan de los pies colgándolo de un algarrobo y le dan muerte degollándolo. Antes de morir le informa al policía que deberá invocarlo en sus rezos porque su hijo está muy grave de salud y su sangre derramada servirá para algo.
Efectivamente, cuando el agente llega a la casa su hijo estaba muriendo, así que invoca en plegarias al Gauchito Gil. El niño milagrosamente recupera su salud. Este suceso corre por toda la comarca y provincias vecinas.
Cada 8 de enero en una encrucijada de caminos cercana a Mercedes, lugar donde lo mataron a Gil, se juntan miles de devotos y creyentes en los milagros de este santo pagano. También es costumbre de todos los camioneros o conductores que pasen frente a su santuario, tocar bocina para saludarlo o detenerse para elevar una oración.
A los lados del camino de muchas provincias podemos encontrar pequeños altares plagados de cintas rojas y testimonios de alguna promesa cumplida.
Cada aniversario de su muerte seguidores de este "santo" llevan la cruz del santuario hasta la iglesia de Mercedes, donde es bendecida y luego regresan en procesión.
Dicen que la fé mueve montañas... quién se atrevería a demostrar lo contrario no?